LA CONCLUSIÓN
En esta última entrada de este
curso quiero expresar mi gran
satisfacción personal por haber concluido, creo que con gran éxito, un
proyecto educativo que, desde el inicio, nos ha costado mucho, pero que, aunque
suene a tópico, ha sido muy enriquecedor.
Como se dijo en las conclusiones,
ha sido un trabajo francamente difícil,
en el que hemos llegado incluso a sentir
miedo, por creer que nos estábamos metiendo en un terreno algo peligroso.
Pero ¡Vaya si ha merecido la pena! No sólo por el resultado, que
también, sino sobre todo por el camino andado. En el recorrido, nos hemos
topado con algunas dificultades, no vamos a negarlo, pero hemos descubierto
nuestro verdadero potencial y, lo que es mucho más importante, hemos
descubierto que la vida es mucho más bonita cuando uno trabaja en lo que cree,
por aquello que ama de verdad y, sobre todo, junto a personas de tan buen
corazón.
No quiero parecer pretenciosa,
pero creo que, gracias a mis compañeras, a Florencio y a este trabajo soy una
persona mejor. Estudiar una carrera universitaria por segunda vez, a mi edad,
es para mí un verdadero privilegio y
ser acogida, desde el principio, con tanta comprensión y tanto cariño, es una
gran suerte. Por ello, no puedo menos que decirle a Jess, a Marián y a Sara que
es una verdadera dicha poder trabajar junto a ellas. Y por ello, quiero dedicarles
estas humildes palabras:
Gracias amigas. Gracias por esos magníficos ratos de amistad, de
ilusión, de alegría, de risas… Aunque también hayamos tenido algún sinsabor, me
quedo con el sabor del trabajo bien hecho y de vuestras sonrisas. Nada de ello
ha sido en vano; todo esfuerzo tiene su recompensa y este proyecto dará sus
frutos, ya lo veréis. Poseéis las tres una extraordinaria inteligencia, mucho,
pero que mucho talento, le ponéis una enorme ilusión y dedicación a todo lo que
hacéis y estoy segura de que llegaréis muy lejos en la vida, en lo profesional
y en lo personal. Os quiero mucho chicas.