sábado, 7 de marzo de 2015

EL SASTRECILLO LISTO

Una protagonista del cuento El sastrecillo listo de los Hermanos Grimm es una princesa muy orgullosa a la que, cada vez que se le presentaba un pretendiente, lo despedía con burlas y mofas.
Ideó un enigma y prometió casarse con aquél que fuera capaz de descifrarlo. Llegaron a palacio tres sastres, dos de ellos convencidos de que el tercero no tenía la más mínima oportunidad, ya que era un “cabeza de chorlito” que “no servía para nada”. Le insistieron en que se quedara en casa por “su poco talento”, pero el sastrecillo dijo que “se le había metido en la cabeza intentar la aventura” y marchó con ellos.


Como era de esperar, el sastrecillo en el que nadie creía, no sólo adivinó el acertijo sino que además fue capaz de engañar a un oso y salir victorioso de sus garras, demostrando una gran agilidad y astucia mental. Es decir, la falta de habilidad manual como sastre se veía compensada con grandes facultades intelectuales que le proporcionaron el bienestar de vivir para siempre en el palacio, casado con una princesa.


A mi modo de ver, en este cuento el valor que se intenta transmitir es el de la autoestima. Esta narración que, aunque en un principio no fue escrita para el público infantil, sino para el  adulto, me ha hecho pensar en los niños que cuántas veces habrán tenido que soportar que alguien les diga que no valen para tal o cual cosa, que lo hacen mal, que mejor ni lo intenten... Pues bien, El Sastrecillo listo puede resultarnos muy útil para ejemplificar y mostrar a los niños lo que sucede cuando una persona, a pesar de ser tildada de inútil, confía en sí misma, se respeta y se hace respetar por los demás. Y es que podemos considerar la autoestima de este modo, como la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Creo que merece la pena, en otra entrada, tratar un poco este tema.

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