ALGUNAS PINCELADAS DE CÓMO ENSEÑAR DIBUJO ARTÍSTICO A LOS NIÑOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Las últimas sesiones de Expresión
Plástica las hemos dedicado al dibujo
artístico (diferente al dibujo técnico o académico). Como hemos asistido
pocos alumnos, he pensado que quizás interese a los demás conocer algo de lo
que hemos aprendido. Por ello, voy a relatar lo enseñado por Florencio Maíllo,
ampliado con otras aportaciones personales.
Como vimos al comienzo de la
asignatura, los niños atraviesan por distintas etapas en el desarrollo del
cerebro y sus dibujos suelen irse desarrollando y madurando al mismo tiempo.
Sin embargo, la mayoría de los alumnos de Educación Primaria, a no ser que se
les enseñe, pueden llegar a sentir un gran desaliento porque sus dibujos no se
asemejan al modelo de la realidad. Con frecuencia, se dan incluso por vencidos
y dejan de dibujar a la temprana edad de 10-11 años. Es por esto que los
maestros deberíamos proporcionar a nuestros alumnos unas pautas básicas para que esto no suceda.
DIBUJAR UN OBJETO
Lo primero que hemos de entender
es que la idea de un dibujo no es captar
de manera idéntica la realidad. Si así fuera, no deberíamos dibujarlo. Sería
mucho más fácil y rápido fotografiarlo. La idea de dibujar un objeto es plasmar
en papel su esencia. Y para ello seguiremos unos pasos.
En primer lugar, habremos de
determinar dónde vamos a dibujar, es
decir, el formato a utilizar, la dimensión del soporte. Puede que queramos
ocuparlo todo o solamente una porción porque ese objeto forme parte de una
composición más amplia.
El segundo paso es saber qué vamos a dibujar, cuál es el modelo
que queremos representar, desde qué punto de vista, con qué angulación
(picado-normal-contrapicado), de cerca o de lejos…
La tercera decisión será
determinar si haremos un boceto o un
dibujo, y en este último caso si se tratará de un dibujo en línea
(definido) o de manchas (emborronado). Un boceto es un dibujo hecho rápidamente
con el fin de captar la forma del objeto o sujeto. Un dibujo se produce a
través de un proceso más cuidadoso que implica prestar atención a los detalles.
Pero hay que insistir, el modelo es una referencia, no se trata de hacer
dibujos exactos.
Para determinar las proporciones el procedimiento aprendido
ha sido el de estirar completamente el brazo y, con un ojo cerrado, medir con
el lapicero o utensilio similar la longitud del área que se quiere dibujar y
trasladarla al papel contando el número de veces que cabe. Para medir el ancho
se sigue la misma técnica pero estableciendo un eje simétrico. A partir de ahí,
se trata de buscar puntos que nos sirvan de ayuda y unirlos.
En cuarto y último lugar,
habremos de interpretar la realidad
dibujada, llevarla al campo de la subjetividad. Se trata de escapar del
modelo para transmitir nuestras propias emociones y sentimientos.
DIBUJAR UNA FIGURA HUMANA
Toda figura humana tiene una
proporción, una distancia concreta entre parte y parte. Por ello es importante
definir, en primer lugar, dónde está ubicada cada parte, como si nuestro dibujo
fuera un mapa. Una vez que tengamos
ubicada cada parte, ya la podemos dibujar.
En el caso de la figura humana
están estudiadas una serie de medidas de
referencia. Se repite ocho veces la cabeza, de donde se obtiene una figura
dividida en ocho partes; un poco por debajo de la primera, se sitúan los
hombros; en la segunda línea, el pecho; en la tercera, el ombligo; en la cuarta
las caderas y en la sexta las rodillas.
A continuación, se establece un eje de simetría y se van marcando los puntos que delimitan cada parte, a
igual distancia del mismo. Todo se mide en relación a la cabeza (ej. los
hombros cabeza y media; la cadera, una cabeza).
Asimismo, la cabeza se divide en
tres tercios, de tal modo que las cejas se ubican encima de la primera línea,
la base de la nariz sobre la segunda y la boca en el centro entre la segunda y
la tercera.
Con los niños habremos de tener
mucho cuidado para no
condicionarles. Les haremos los comentarios
objetivos oportunos (ej. si le ha quedado cabezón o patilargo) pero no nos
meteremos en el campo subjetivo, criticándoles. Al contrario, valoraremos la emotividad que han conseguido
transmitirnos.
EL SOMBREADO
Una parte fundamental del dibujo
es el sombreado, con el que se le dota de volumen,
al tiempo que la sombra contribuye a que no parezca que el objeto o sujeto está
flotando en el aire.
Cuando dibujamos un modelo
iluminado, vemos que hay partes “blancas” y partes “negras”. Pues bien, se debe
sombrear donde más luz hay. También
se puede jugar con los matices, obtener sombras más claras y más oscuras.
En cuanto al modo de sostener el
lápiz o el carboncillo respecto al papel, procuraremos dibujar el sombreado con
la parte plana en vez de la punta.
Por último, destacar que lo más
importante para aprender a dibujar es la perseverancia.
A veces puede resultar muy frustrante porque no nos sale bien el dibujo pero la
diferencia entre la derrota y la victoria está en perseverar, una y otra vez,
sin importar el resultado. Florencio nos ha insistido mucho en que debemos perder el miedo a dibujar, quitarnos de
la cabeza que es muy difícil, que no nos va a salir igual que el modelo. Si
calcamos la fotografía de una persona, lo que obtenemos es un dibujo sin vida
ni emoción. Como hemos visto, un dibujo debe poseer sustancia, expresar un
sentimiento, transmitir una emoción, provocar alguna reacción en el que lo
observa.
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