jueves, 21 de mayo de 2015

ALGUNAS PINCELADAS DE CÓMO ENSEÑAR DIBUJO ARTÍSTICO A LOS NIÑOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA

Las últimas sesiones de Expresión Plástica las hemos dedicado al dibujo artístico (diferente al dibujo técnico o académico). Como hemos asistido pocos alumnos, he pensado que quizás interese a los demás conocer algo de lo que hemos aprendido. Por ello, voy a relatar lo enseñado por Florencio Maíllo, ampliado con otras aportaciones personales.

Como vimos al comienzo de la asignatura, los niños atraviesan por distintas etapas en el desarrollo del cerebro y sus dibujos suelen irse desarrollando y madurando al mismo tiempo. Sin embargo, la mayoría de los alumnos de Educación Primaria, a no ser que se les enseñe, pueden llegar a sentir un gran desaliento porque sus dibujos no se asemejan al modelo de la realidad. Con frecuencia, se dan incluso por vencidos y dejan de dibujar a la temprana edad de 10-11 años. Es por esto que los maestros deberíamos proporcionar a nuestros alumnos unas pautas básicas para que esto no suceda.

DIBUJAR UN OBJETO

Lo primero que hemos de entender es que la idea de un dibujo no es captar de manera idéntica la realidad. Si así fuera, no deberíamos dibujarlo. Sería mucho más fácil y rápido fotografiarlo. La idea de dibujar un objeto es plasmar en papel su esencia. Y para ello seguiremos unos pasos.


En primer lugar, habremos de determinar dónde vamos a dibujar, es decir, el formato a utilizar, la dimensión del soporte. Puede que queramos ocuparlo todo o solamente una porción porque ese objeto forme parte de una composición más amplia.

El segundo paso es saber qué vamos a dibujar, cuál es el modelo que queremos representar, desde qué punto de vista, con qué angulación (picado-normal-contrapicado), de cerca o de lejos…

La tercera decisión será determinar si haremos un boceto o un dibujo, y en este último caso si se tratará de un dibujo en línea (definido) o de manchas (emborronado). Un boceto es un dibujo hecho rápidamente con el fin de captar la forma del objeto o sujeto. Un dibujo se produce a través de un proceso más cuidadoso que implica prestar atención a los detalles. Pero hay que insistir, el modelo es una referencia, no se trata de hacer dibujos exactos.

Para determinar las proporciones el procedimiento aprendido ha sido el de estirar completamente el brazo y, con un ojo cerrado, medir con el lapicero o utensilio similar la longitud del área que se quiere dibujar y trasladarla al papel contando el número de veces que cabe. Para medir el ancho se sigue la misma técnica pero estableciendo un eje simétrico. A partir de ahí, se trata de buscar puntos que nos sirvan de ayuda y unirlos.

En cuarto y último lugar, habremos de interpretar la realidad dibujada, llevarla al campo de la subjetividad. Se trata de escapar del modelo para transmitir nuestras propias emociones y sentimientos.



DIBUJAR UNA FIGURA HUMANA

Toda figura humana tiene una proporción, una distancia concreta entre parte y parte. Por ello es importante definir, en primer lugar, dónde está ubicada cada parte, como si nuestro dibujo fuera un mapa. Una vez que tengamos ubicada cada parte, ya la podemos dibujar.



En el caso de la figura humana están estudiadas una serie de medidas de referencia. Se repite ocho veces la cabeza, de donde se obtiene una figura dividida en ocho partes; un poco por debajo de la primera, se sitúan los hombros; en la segunda línea, el pecho; en la tercera, el ombligo; en la cuarta las caderas y en la sexta las rodillas.

A continuación, se establece un eje de simetría y se van marcando los puntos que delimitan cada parte, a igual distancia del mismo. Todo se mide en relación a la cabeza (ej. los hombros cabeza y media; la cadera, una cabeza).



Asimismo, la cabeza se divide en tres tercios, de tal modo que las cejas se ubican encima de la primera línea, la base de la nariz sobre la segunda y la boca en el centro entre la segunda y la tercera.



Con los niños habremos de tener mucho cuidado para no condicionarles. Les haremos los comentarios objetivos oportunos (ej. si le ha quedado cabezón o patilargo) pero no nos meteremos en el campo subjetivo, criticándoles. Al contrario, valoraremos la emotividad que han conseguido transmitirnos.

EL SOMBREADO

Una parte fundamental del dibujo es el sombreado, con el que se le dota de volumen, al tiempo que la sombra contribuye a que no parezca que el objeto o sujeto está flotando en el aire.

Cuando dibujamos un modelo iluminado, vemos que hay partes “blancas” y partes “negras”. Pues bien, se debe sombrear donde más luz hay. También se puede jugar con los matices, obtener sombras más claras y más oscuras.

En cuanto al modo de sostener el lápiz o el carboncillo respecto al papel, procuraremos dibujar el sombreado con la parte plana en vez de la punta.

Por último, destacar que lo más importante para aprender a dibujar es la perseverancia. A veces puede resultar muy frustrante porque no nos sale bien el dibujo pero la diferencia entre la derrota y la victoria está en perseverar, una y otra vez, sin importar el resultado. Florencio nos ha insistido mucho en que debemos perder el miedo a dibujar, quitarnos de la cabeza que es muy difícil, que no nos va a salir igual que el modelo. Si calcamos la fotografía de una persona, lo que obtenemos es un dibujo sin vida ni emoción. Como hemos visto, un dibujo debe poseer sustancia, expresar un sentimiento, transmitir una emoción, provocar alguna reacción en el que lo observa.


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